domingo, enero 15, 2012

El amor de Dios ¿Es maravilloso?

Por aquellas épocas, leía la biblia siempre.


"Este diario es propiedad privada de Sandra L. Bustamante Parodi.
Aquí se revelan cosas q' quizás, perjudiquen a muchas personas.
Por lo tanto, se considerada (o) y no lo abras, si ella no te lo permite"
Sandy
Corría 1993. Por estas épocas, mi catolicismo era elevado. Las tiendas por departamentos como Ripley o Saga, creo no existían (al menos yo no las conocía) y me iba de shopping al Mercado de Magdalena o a Galerías Monumental de Breña. Y cuando me quería pituquear, iba a Polvos Rosados o Polvos Morados (jamás Azules). Por estas épocas me preocupaba tener una gran cantidad de chupones en el cuello –medía tu popularidad en cierta forma-, era una especie de moda rara donde cada chupón, dependiendo del color, significaba algo. Me angustiaba el hermetismo de mi hermana. Me hacía patalear la poca libertad que mis padres me daban. Fue memorable ver Pesadilla 6 con mi hermana en el Cine Orrantia en 3D. Descubrí que no quería tener enamorado, nunca más en mi vida. Murió el abuelito de Rosella. Murió Cantinflas, el humor está de luto, escribí. Murió la narradora de noticias Claudia Zavalaga. El hipermercado Metro estaba de moda.
Sobre mi catolicismo, debo aceptar que los dos últimos años en los colegios de monjas, estaban dedicados a afianzar nuestro acercamiento divino. Para algunas podía resultarnos gratificante, para otras era un sincero martirio. Más allá de hacernos caminar en procesión en los meses de Mayo, hacer el Vía Crucis e interrumpir clases para los cantos marianos, habían dos retiros espirituales en cuarto y quinto de secundaria. Para ser sincera, esperaba estos momentos ávidamente. Primero, porque no hacíamos clases y me fascinaba cantar. Segundo, porque ir de retiro era como irte de viaje a Miami o Punta Cana con todas tus compañeras de colegio.  
La moda de los chupones, horrorosa. Pero como la moda no incomoda, yo llevaba casi una decena de estos en el cuello
Y no puedo negar que mi fervor religioso por esas épocas era completamente cerrado y bello. No pienso despotricar de esos tiempos porque fueron maravillosos. Eran sencillos en el sentido que mis problemas los arreglaba leyendo la biblia, leyendo Corintios o el Cantar de los Cantares. Escogía lecturas al azar, concentrándome y siempre llevaban mensajes que acertaban con los problemas de mi vida (casi siempre de corte amoroso, siempre en realidad). Era feliz yendo a misa, a paraliturgias, procesiones, orando, rezando el rosario por las noches, cantando Pescador de Hombres, intercambiando conversaciones con las religiosas. Alcanzar la gracia y la perfección en Cristo, era algo que buscaba con constancia y ceguera. Yo quería ser perfecta y sentir a Dios a mi lado.
Corría el 2 de Julio de 1993 y escribía estas líneas:
En la tarde me fui al retiro. Había otros dos colegios en la casa que era inmensa. Nos han quitado los relojes. Carla Castro dormía con un pijama igual al de mi abuela. Al día siguiente me bañe con agua fría. Ya en la tarde me estuve convenciendo que Dios me ama y que tengo que recompensar ese amor. Tiraron a Katherine a la piscina y Carla como era su amiga, se tiró sola. En la noche se hizo una fogata. Leí las cartas de mis amigas y fue muy triste. Llegué a Lima y seguía llorando. Así eran los retiros, lloraaaaaaaaar y lloraaaaaaaaaaar. A los dos días la paz y el amor se habían disuelto.
Recuerdo que esta la vimos en el desaparecido Cine Orrantia. En 3D. Todo un suceso.
1993 fue un año extraño. Quise irme de mi casa varias veces. Mis padres no me entendían. Había cambiado mis problemas con mis proyectos de novios por líos con mi mejor amiga. Pelearse con la mejor amiga siempre ha tenido un toque dramático en mi vida. Una amiga es prácticamente la mitad de tu cuerpo, quien capta tus problemas antes de decírselos. No tener a quien llamar para contarle problemas o hablar tonterías. No tener con quien ir a tomar helados o caminar por el Parque Keneddy. Era una soledad insípida que hacía que la vida se tornara más aburrida que de costumbre.
Sin embargo, fue uno de los mejores años en lo que se refiere a logros: gané el concurso de oratoria, de frases mínimas, de barras, de canto mariano (bueno aquí quedamos en segundo lugar) y de ciencias. Y por si eso fuera poco, fui escogida Reina de la Primavera por decisión unánime. Cada reina tenía que escoger un talento y yo elegí cantar: Spending my time de Roxette. Sentí aplausos, recuerdo a Silvana Q., Rosella, Mariana T., mi hermana y sus amigas aplaudiendo como locas. Me sentí una diva cantando en el centro de New York. Aunque haya sido sólo las Canonesas de la Cruz en mi querido Pueblo Libre.
                   Que bestia! Cantar esta canción frente a todos, fue uno de los momentos más felices de toda mi vida.


5 comentarios:

  1. jajaja lo de la reina de la primavera, te hicimos barra con cecilón, re y giocondita jajaj tengo fotos!

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  2. es ciertoooo hay fotos! pero no se donde estan. igual las recuerdo. hasta salia la hermana de cecilon bobit

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  3. mmmm interesante. No recordaba el detalle de los chupones...Qué bacán, para mi el 93 fue un año bastante bueno!!!!!

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  4. Sandy.... si, el amor de Dios si es maravilloso!!!!!!
    .... Ya sabes quien soy no????.....

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    1. Pues no se quien eres pero gracias por comentar! Un abrazo

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