domingo, diciembre 18, 2011

Quinceañera en el Paraíso Masculino: Oda a Perseo Crovetto (Parte III)

Buenísima! La Perricholi de aquéllas épocas fue un Boom. Eso veíamos en los 90's.
  
Estuve tentada el día de hoy a eliminar ciertos pasajes de esta época. En honor a la verdad y a que me mato de la risa leyéndome, LO DEJO AHÍ. Tal cual, sólo para ustedes. Directo al corazón. Vamo' ahí.
Septiembre 13 fue un día memorable en mi señor Diario. No sólo porque mi madre tuvo el acierto de comprarme una mini de cuero pequeñísima, sino porque capturaron a Abimael Guzmán. No existen detalles de la captura registrados de mi puño y letra. Y por aquéllas épocas, lo cierto es que le di más importancia en tomarle la mano a Perseo que a ninguna otra cosa más en el mundo.
Por esos días, mi primo Ernesto terminó con mi amiga Ursula. Televisaban La Perricholi y me decía que me parecía a ella (¿?). Daban el final de la telenovela brasilera La Reina de la Chatarra. Descubría que existían películas calentonas como Bajos Instintos y tendría el primer plantón de mi vida, que me dejaría llorando por horas (con consuelo materno incluido).
                                           Espectacular: La Reina de la Chatarra, 1er. capítulo 
Octubre 7, 1992
 
Perseo me dijo que vendría a visitarme, yo estaba feliz porque me había hecho un dibujo y le había dicho a mi hermana "Sandy es bonita, pero todo queda ahí no más". Me puse bonita para esperarlo, me pinté con brillo la boca y me puse mucho acnomel. Estaba linda. Mi mami había comprado Kola Inglesa y hecho sandwiches de jamón y queso. Nunca llegó.
Esa tarde, lloré y lloré. Y mi mamá me consoló. Como siempre.
Octubre 17, 1992
Me han cortado el teléfono. Mi mamá me gritó por mi libreta de conducta. Estoy leyendo el Lazarillo de Tormes, no me gusta mucho. Fuimos al Circolo y Perseo me tuvo agarrada de la mano como media hora, según el leyéndomela. Estuvimos + juntos que nunca. Me hizo trenzas en el pelo. Luego me quedé con su gorro Rasta.  Un amigo de ellos me dijo que Perseo mandaba decir: "DILE A SANDY QUE NO SE LA CREA AH". Diario, creo yo no le gusto.
Ay Dios mío, escribo y no me creo lo profundamente tarada que era.
Noviembre 17, 1992
Llamé a Perseo para preguntarle porque me había dicho ayer "Si a uno no le hacen caso, hay que cambiar de pareja ¿no Sandy?". Hubo una bomba terrible en Miraflores. Ursula está bien, su casa está mal. Dice Ernesto que Perseo quiere estar conmigo (pirulín).
Primoooo malo jaja porqué siempre me decías eso!

Noviembre 18, 1992
DIARIO, HORROR DE LA VIDA. De mi vida. A Perseo le gusta mi mejor amiga. La enamorada de su amigo: URSULAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA (algún tiempo después fueron enamorados). Y así, con todo, Perseo me llamó por teléfono y me ha invitado a una fiesta. Me mandó besos. Diario, Perseo me hace sufrir, el chico éste me ilusiona para que luego le guste otra o esté con otra… Te voy a olvidar. Palabra de Honor. Estoy recontra deprimida, adivinen porque. Perseo! BINGO. Voy a rezar: Señor te quiero pedir que me hagas olvidar a Perseo. Ya que el ni siquiera me mira, no me habla, no me hace caso. ¿Qué puedo hacer? El dice que no le gusto, entonces que no me ilusione POR FAVOR. Tengo sentimientos.
Cerrando 1992, apuntaba en mi diario que la situación económica estaba brava en mi país, y en especial en nosotros como familia. Como toda adolescente, había pedido cantidades ingentes de ropa y una bicicleta. Había pedido amar y ser amada jaja y finalmente, una acción en el Circolo para que no me alejen del que creía el amor de mi vida. Ninguno de los pedidos llegó. Y según consta escrito, Perseo desapareció de mi vida cuando iba cerrando este buen año. Al parecer mis últimos ruegos-suplicas a Jesús surgieron efecto. Y claro, la falta de liquidez de mis padres para comprar una acción en el Circolo hizo lo suyo. A Perseo lo vi un par de veces más (una de ellas en un comercial en la tele). Luego, nunca supe de él.



domingo, diciembre 11, 2011

Quinceañera en el Paraíso Masculino: Oda a Perseo Crovetto (Parte II)

Con mis primos lindos y las chicas. Linda noche, conversando de todo y comiendo cosas ricas.


Setiembre 1, 1992
No sé nada de Perseo. En el paso de Mat voy a salir mal. En Biología saqué cero y en Mate también. Querido Diario, cuando salí del colegio a la salida me encontré a Perseo y Jonathan. Me puse a temblar y me fui rápido.
¿Por qué a veces seré tan tímida? ¿Será el hecho de haber estado en un colegio de monjas y encima de mujeres? Recuerdo que cuando tenía 13, uno de mis primos, Francisco, me invitó a su cumpleaños. Para mí, el sólo hecho de recibir la invitación constituía un estrés inmenso (el cual derivaba en acné) y un dolor de estomago con diarreas incluidas. Iba en el carro con mi hermana y sentía lo que llegué a denominar: Síntoma de pre asistencia a fiestitas infantiles. Al parecer el estómago me dolía cada vez que tenía que socializar, y esa reunión era mi prueba de fuego.
Empecemos con la Odisea. Mi mamá nos compraba ropas similares. Diferentes colores, pero diseños parecidos. El de mi hermana era color durazno, el mío verde agua. Minis y polito bombacho decorado con la cara de una rockera pelucona. A los 13, ya uno no se viste igual a la hermana. Mi madre lo hacía. Me pregunto porqueee porqueeeeee! Era un horror. ¿Es que acaso mi madre no entendía que yo era una señorita? ¿Dónde estaba el sentido de la moda de mi madre? Entiendo que no había plata, pero ¿por qué igual a Rochi? Lo cuento ahora y vuelvo a sentir esos momentos infames de adolescencia. Tengo la cara fruncida de preocupación, como si estuviera por pasar otra vez. Yo sólo quería tener un blue jean, pero no lo tenía. Yo quería vestir como las chicas modernas, como las amigas locas de mis primos. Mi look aniñado y ciertamente mongo, era lo que ya he llamado un suicidio social.
Llegué a la fiesta. Bajamos del carro. Me sentía simpaticona, no lo puedo negar. Me remangué un poquito mas la falda de algodón elástico para lucir mis medias pantys color plomo humo, y entré. Lo que vi ahí, no lo puedo olvidar hasta el día de hoy. Era una sala amplia y todos mis primos reían fuertemente. Además rodeaban a alguien que no podía ver. Sólo cuando uno de ellos se me acercó me percate que, rodeaban a cinco rubias de 15 años, peinados alborotados y minis de blue jean, unas Barbies adolescentes, regias y coquetonisimas de inicios de los 90. Para variar, Rochi no me quiso acompañar. Así que mi madre y mi tía me empujaron –yo quería llorar, sí, otra vez quería llorar- a la sala: "Anda mamita, ahí están tus primitos". Me senté en un sofá lejano a ellos al lado de otra monguita. Nadie nos paraba bola. NADIE. Mi cuerpo me quemaba. Mi boca me temblaba y mis piernas también. Me alcanzaron un vaso de Coca Cola, agradecí y lo recibí. Mientras veía con pena y envidia como las otras niñas llamaban la atención de los chicos, yo deseaba ser como ellas. Lo deseaba a gritos. En eso sentí una gota de agua en mi pierna. Sentí dos, tres. ¿Qué pasaba? El calor de mi cuerpo avergonzado era tal, que había hecho que se derritan todos los hielos del vaso. Me paré y huí al baño. Le rogué a Rochi que salga y me acompañe. Lo hizo. Entonces como no teníamos nada qué hablar, ¿saben lo que hacíamos? Nos reíamos para fingir que estábamos entretenidas. Y por si eso fuera poco, entonábamos estrofas de canciones (incluido el Himno Nacional), para lucir divertidas y chicas conversadoras de mundo. Lornas, pero felices y con tema de conversación era una buena combinación.
Hoy recordando todo eso sólo me queda suspirar. Y pensar cómo hechos cojudos pueden permanecer en la mente imborrables por años. Quedarse tan impregnados en una que, te devuelven ciertas sensaciones que en algún momento quisiera eliminar.
Los días pasaban en 1992. Y mientras en el colegio era una niña modelo que recitaba, cantaba (no bailaba), hacía oratoria, campeona de inglés y se destacaba en las nada populares Frases Mínimas, Perseo no me hacía caso. Finalmente descubrí que venía a las salidas del colegio no porque le gustaba yo, sino porque le gustaba una compañera mía. El corazón se me partió. Pero, se reconstituyó rápido porque me enteré que ella choteó a Perseo por su acné. Perseo se deprimió y no lo vi por algunos días. Pobre, me dolió como si me lo hubieran dicho a mí.
(…Continuará)

domingo, diciembre 04, 2011

Quinceañera en el Paraíso Masculino: Oda a Perseo Crovetto* (Parte I)

Este no es Perseo, pero así lo veía yo

Supongo que 1992 fue uno de los años más hermosos de mi vida. Para una adolescente sin pechereques y de 45 kilitos, en toda la efervescencia de la edad, con las hormonas alborotadas, poco popular, estudiante en un colegio de mujeres (y de monjas); era vital el contacto con el esquivo sexo opuesto. Era vital tener amiguitos hombres, porque eso te hacía pasar con facilidad el tránsito de chibola monga a proyección de señorita.  
 
Lo cierto es que mi vida, por aquel año dio un vuelco de 360 grados. Mi vida de quinceañera cándida, mendigando la atención de "chicos guapos" y enamorándome de los artistas pegados en las paredes de mi cuarto, quedó en el pasado. Señores, debo decir que por primera vez ¡este año tuve amigos! Pocas veces, mis queridos lectores, fui tan feliz como aquellos meses. Parábamos en el Circolo y para mí era el paraíso terrenal. Los chicos más churros de todo Lima se habían concentrado en ese espacio cercano a la calle Bolívar en Pueblo Libre. Y a mí, me gustaba uno en especial: Perseo Crovetto.
Era un 5 de junio. Día de un semi-desmayo porque le puse a Rosella un escarabajo muerto en la cabeza y se puso blanca mientras lloraba silenciosamente. Día de preocupaciones porque Hijo (mi abuela) se cayó y fue enyesada. Día de amor, porque fue un momento de película:
Hacía frío recuerdo, de pronto volteé. En cámara lenta vi llegar los ojos verdes más lindos de mi vida: Perseo, Perseo, OH PERSEO. Me quedé con la boca abierta. Para mí, ese tipo de chicos eran inalcanzables. Me sorprendo de afirmarlo, pero no lo puedo negar. Perseo era rubio, de sonrisa amplia y al igual que yo, estaba lleno de acné. Creo que eso me hizo sentir una conexión mayor con él, estaríamos juntos en el doloroso proceso de ver crecer nuestros granos estilo "Krakatoa" (a lo Kevin Arnold) y, cada día, usaríamos jabón Kauffman, Acnomel u Oxy 5. O, las famosas mascarillas de mi papá (papaya con limón, tomates, pepinos o avena), la mascarilla del actor de Quinceañera (un pata que creía en la Orinoterapia, diciendo que la primera pichi de cada mañana era la solución a todo), las de mi abuelo (pomada de boca osea baba) y finalmente la peor de todas, la de Hijo que es irrepetible.  
Me sentí tan identificada cuando a Kevin le salió eso en la cara. Gran capítulo

Junio 8, 1992
Hoy tuve que limpiarme el poto en el colegio con un billete. Estoy tomando Té Bekunis para bajar más de peso y me hace ir tanto al baño que se me acabó el papel. Dicen que Perseo y Facundo (su hermano) pasan todos los días en el micro 16 por el colegio. Los voy a esperar.
Junio 13, 1992
Vinieron mis amigas para ir al Circolo. Casi no pudimos entrar. Pero Perseo nos hizo el favor de entrar. Perseo además de ser casi mejor que Jordan, es un chico bueno, amable, es diferente. No es como todos los otros. Querido diario, hoy me tomó del brazo y me dijo: Vamos, hay que hacernos pasar como enamorados. Yo sentía que todo era un sueño maravilloso y que quizás pronto, me daría un beso y se haría realidad.
Señores, tengo que hacer necesariamente una pausa aquí. Escribo y me siento emocionada, tentada de ingresar al Facebook, hacer una búsqueda que no me tomaría más de 1 minuto y saber de él…
Junio 15, 1992
Mi primo Ernesto me ha dicho algo hermoso, DIOS MIO GRACIAS, algo tan hermoso que jamás creí que pasaría, me dijo esto: Negra, Perseo quiere contigo. ¡Pronto será mi enamorado! Mi sueño hecho realidad. Ya falta poquisimo Diario. Te lo contaré y seremos muy felices.
Por esas épocas, mi primo y yo éramos inseparables. Se enamoró de una de mis amigas del colegio y yo escuchaba las penas de ambos todos los días, a toda hora. Era divertidísimo. Lo que no era divertido era que esa semana, según registra mi adolescente diario, el 16 de julio luego de leer la Vida es Sueño, hubo una bomba. El 21 hubieron varias más y el 22 no fui al colegio porque atentaron contra el Salesiano. Aproveché para leer Vamos a Calentar el Sol, la segunda parte de Mi Planta de Naranja Lima, una belleza llorona recomendable para todos.
Recuerdo que esa bomba se escuchó hasta mi casa en Pueblo Libre. Terrible época

Agosto 21, 1992
Fui al tono de Maribel. Fue con luces y salió maldito. Mis primos llegaron a las 11.30, eran como 18. Perseo no me saludó y eso que yo le mandaba unas miradas malditas. Chongueé con su hermano Facundo. BAILÉ MI PRIMERA BALADA (en el diario aparece con doble color y subrayado): Everything I do, I do it for you de Brian Adams. La bailé con mi primo Jonathan. Luego bailé con el Chino Spending my time de Roxette. Bailé bastante. Con todos me llevé de maravilla.  En la tarde mi tío Enrique (hermano de mi papá) se cayó del micro. Mi abuelo está con arterioesclerosis. La fiesta salió mostrasa. Casi me lo como a Perseo con los ojos, quería que me saque a bailar o que me diga para ser su enamorada. Quería bailar la de Roxette con el. No puedo sacarlo de mi cabeza. Seguro me dice en unos días para ser su enamorada. Estoy esperándote.

...continuará
(*) Esta vez, omití colocar los nombres verdaderos.