domingo, noviembre 27, 2011

La magia de los quince años (Parte II)

 


Con mi mamita linda, ahora la veo mas bonita que en esa foto, minutos antes de bajar a mi fiesta de Quinceaños

Era uno de mis sueños llegar a los quince y tener una gran fiesta. Eso sí, yo no sentí que despertó la mujer que en mi dormía. En realidad sentía que despertaba una carga de stress increíble. Buscar vestido, zapatos y sobre todo conseguir "chambelán", era algo que no me dejaba dormir.
 
15 de abril, 1992
Fuimos a Camino Real con mi mamá, Hijo (mi abuela) y Rochi. Caminamos y caminamos y nada. Sólo había un vestido que me gustó. Hijo me lo va a hacer.
Siempre apostando por ser "diferente", mi vestido era como estar en la época del Charleston, blanco, lleno de flecos. De los zapatos se encargó mi tío Pepe y por ley se compraron en la Calle Esperanza de Miraflores, luego de 4 horas y media. Finalmente el tercer y último problema, ¿De dónde sacaría los hombres?
17 de abril, 1992
 Quiero tener mi quince y mis papás me han dicho que no invite a nadie de la cuadra. Mis amigas dicen que llevarán chicos. Dice mi mamá que mis primos vienen. Tengo miedo que todo sea un desastre. Porque mis papás no me dejan traer a los de la cuadra. Es injusto. ES INJUSTO. 
Eso significa NO hombres en mi fiesta. ¿Bailaríamos sólo entre mujeres? Todo se veía venir como un suicidio social total. Para colmo de males, rogar para que el "Racionamiento de Luz" no me toque a mí. En los 90, habían horarios para ahorrar luz. Felizmente, ese día la luz llegaba a mi casa a las 17:00 horas.
 
Cuando llegó el Día D: el 17 de mayo de 1992, me fui a la peluquería, una que quedaba en Calle Cueva (Pueblo Libre). Veía que me ponían ruleros, muchos ruleros, mucha laca, mas ruleros. El resultado fue un peinado desastroso, exagerado, lleno de bucles y el cerquillo batido más grande de la historia noventera. Mi abuela lucía más moderna que yo. Mi maquillaje, super retro, celeste en los ojos, un rímel seco que hacía lucir mis pestañas grumosas como las de Susy Diaz y la boca igual de roja que la de ella. Me quería morir. Yo quería lucir linda y feliz y bueno no aguanté y me puse a llorar. Quería meter mi cabeza al agua y volarme todo el maquillaje. No entiendo porque no lo hice. Incluso hoy escribiéndolo me quiero morir. Me sentía fea, la base oscura hacía que se me viera más el pronunciado acné. Yo ya no quería bajar las escaleras como Adela Noriega, ni celebrar nada. Sólo quería llorar mis penas dentro de mi vestido de Charleston, que por cierto se rompió 10 minutos antes de salir. No quería bajar pero tuve que hacerlo. Cuando dieron las diez de la noche y tuve que enfrentar la realidad, bajé las escaleras paso por paso. Sudando, con sonrisa fingida. En la sala: un huevo de gente entre familiares, amigas del colegio y sus amigos, completos desconocidos para mí. Las axilas me sudaban, las piernas flacas me temblaban y mi papá me recibió. La gente aplaudía y yo sólo podía ver las luces de neón lila debajo de una mesa grande con mantel blanco (era la moda señores). Una torta rosada, un pavo gordo y bocaditos estilo "noventero" (Choclitos incrustados, butifarras con cebollitas salientes, hojarascas con Ají de Gallina, etc). Mis papás hicieron un gran esfuerzo para hacer mis quince, no había plata por esas épocas. Baile el Vals de Aniversario con mi abuelo y mi papá. Yo quería salir corriendo por la puerta.
El buffet de mi fiesta, bien Noventa Style

Por si esto fuera poco, lo peor llegó después. Quizás uno de los momentos más traumáticos de mi vida, creo que ni sustentar mi tesis de maestría fue tan terrible como esto: el momento de lanzar el bouquet. Mis tías me decían a donde tenía que apuntar: "A la izquierda, a la izquierda porque a la derecha hay un negro", me dijo una. Me puse de espaldas al público e hice el ademán de lanzarlo (se hace esto como tres veces). Huevadas para advertir a los hombres que estén "atentos". Finalmente, lo lancé. El problema es que rozó con el techo y me cayó en la cabeza. Volteé y veía como todos en cámara lenta se burlaban de mí. Risas, carcajadas hasta de las más fieles de mis amigas. Hasta de la que ahora es monja. Fue terrible. Me obligaron a lanzarlo nuevamente. Lo hice bien, el problema fue que todos se abrieron y cayó en el piso. En eso vi como una de mis tías literalmente empujó a uno de los chicos para que lo tomara y me lo entregara. Contra su voluntad salió maldiciendo y bailó conmigo. Renato Delgado se llamaba. Era idéntico al vocalista de Vanilla Ice. No me habló nada, solo bailó (o intentó hacerlo).
Con mi Chambelan
En ese mar de gente no conocía ni a la mitad de los jovenzuelos presentes esa noche. Estaban todos mis familiares (mi mamá se encargó de invitar a todo el mundo): barruntos, gente bonita, familiares que no sabían que existían, niños de todas las edades, ancianos, gente que iba sólo para chupar…Todos bailando al son del Punta Punta de Banda Blanca, del Chacombo Acurrucucu, alguna salsa del grupo Niche que prohibí que colocaran o La Barca de Luis Miguel. La gente "vieja" gozaba. Piscos sour iban, Algarrobinas venían. Mis amigas con vestiditos de vuelos o de bolitas (estaba de moda) y claro, con el cerquillo elevado estaban picaditas. Sobre todo Rosella, una de mis más grandes amigas hasta el día de hoy. La recuerdo agarrándose la cabeza después de dos piscos. Comparado con nuestras grandes juergas de hoy, eso era como tomarse un Jugo de Papaya a las 7 de la mañana. Era nada. En mi VHS salíamos todas engreídas, coqueteando con chicos y mirando de soslayo a las cámaras del sr. Cantuarias, un grupo de hermanos tecnológicos, flaquitos, de bigotes delgados, encargados de todas las grabaciones de Pueblo Libre. Recuerdo a mi hermana y mis primitas correteando y rajando de todos. Recuerdo a todas las chicas del cole, a todas aunque no las mencione. A las cuales ya no veo por esas cosas locas del destino.
Con Mariana Tagle, hoy Sor Mariana una de mis grandes amigas. Al lado Silvanita Raspa.

Recuerdo algunas frases celebres que sólo entendemos Rochi y yo como "EL DINERO". Recuerdo también que las cosas se pusieron bien. En realidad resultaron excelentes. Nunca imaginé que mis primos Ernesto y Francisco,  que me jodían de "mosquita muerta" cuando era niña, me salvarían de lo que hubiera sido la peor fiesta del año 1992. Trajeron a todos sus amigos del Circolo y eran unos cueros, Adonis en potencia. Las chicas estaban alborotadísimas. Bailaban pegaditos, acaramelados, cachete con cachete y pechito con pechito (pero sin chape). Entre Bomba para Fincar de Vico C, More than Words, Everything I do I do it for you, El Meneito, Ice Ice Baby o It must have been Love. A mis primos les debo una, dos, las que quieran. Todo ese año fuimos inseparables. Pero esa historia es motivo de otro punto. 

domingo, noviembre 20, 2011

La magia de los quince años (Parte I)

Una de las series más hermosas que he visto: Los años maravillosos



Uno de mis diarios, super viejito
1992 fue un año especial. Supongo que uno de los mejores de mi vida, ya que socialmente fui un éxito (nunca me imaginé que sería así, ya verán más adelante porque) y fue un año lleno de diversión, de alegrías, fiestas y muuuuuuchoooos chicos. Este nuevo diario, de tapa dura, tiene un dibujo de una mujer pensativa mirando el mar. Dentro, tenía escrito:
 
1992
 

Sandy 1992
  Dir.: Av. La Mar 1712.
  Tel.: 62-4244
  Nac.: 19 de Mayo del 77

El diario está lleno de nombres de chicos: "Los chicos del Parque". Eran tantos que los tenía clasificados por número y bueno, mi vida se centraba en ellos. Y como es lógico, la de ellos no se centraba en mi. Sin embargo, dentro de mis alucinaciones de quinceañera, yo pensaba que todos me miraban y que se sentían muy pero muy atraídos por mí. ¿Habrá sido mi alto nivel de estreñimiento el que me llevó a alucinar?
Mi lista de amigos, todos con número en clasificación absoluta
Febrero 1
Fui al club. Me pusieron un enema, tomé agua caliente, comí compota de guindones y laxantes. Nada. Van 10 días.
Febrero 2
Fui a misa. Después fui al club. Encontramos a un chico durmiendo y no se imaginan como me mira. Seguro me quiere hablar. No era feo. Fue mi tío Pepe con nosotras. Mi abuelita está enferma. Me dieron aceite de ricino con esencia de café (ese sabor no lo he olvidado hasta el día de hoy). He ido al baño después de 11 días. Fuimos a Hogar a comprar.
Volviendo a los chicos del parque, recuerdo que tenía un imán especial para los "loosers". Pero los bacanes, los surferitos que eran los más cueros y pendejos, esos me rehuían. Y eran los que más me interesaban, pero no me dirigían la palabra. Yo, era flaca, tenía acné, montaba bicicleta, paseaba a mi perro y mi nivel de coquetería era CERO.
Quinceañera

Sin embargo, una tarde de enero, el día 22, conocí a un chico llamado Javier: el número 27 en la lista de mis nuevos amigos. A los tres días me confesó su profundo y repentino amor y sanas intensiones:
Enero 25
En la noche paseé a Rocky. Me encontré con 26, 22 y 28. Luego me llamó 27 y hablamos más de media hora. Prácticamente me dijo que yo le gustaba (Dios que hago). HELP ME HELP ME PLEASE. Que hago Dios. Necesito tu ayuda, tu consejo. Oh GOD que le diré.
Febrero 9
Tiraron bombas en la cárcel. En la tarde vino Fabiola y luego Fiorella. Salimos y estuvimos con Javier. Después nos quedamos en mi casa. Pasamos una bonita tarde. Javier nos invito a ir al cine y se me declaró por teléfono.  
Febrero 19
Ayer fuimos a Scala y vimos Fantástico con unos primitos de Fiorella. Hace un rato, en la lora del almuerzo mi papá dio un maldito sermón por lo cual no puedo ir al cine con Javier. Me ha hecho llorar. No entiendo porque todas pueden ir al cine menos yo. Asi no creceré nunca. PORQUEEEEEEEEEEEE no lo entiendo. Luego me vino a buscar Javier, me agarró la mano y me preguntó si quería estar con él. Le he dado el "si". Me intentó besar pero lo esquive. El me mira y yo me hago la distraída. No quiero que piense que me gusta mucho. Nuestro Aniversario: 19 de Febrero. Hoy es santo de Jaime Bayly.
                                                       Yo queria subir al potro salvaje: Fantástico
Así pasaban los días y la verdad yo prefería hacer siesta que verlo, o ver a Kevin en Los Años Maravillosos o pensar que era parte de Salvado por la Campana. Prefería estar con mis amigas y regresar al show de Fantástico y ver a Susan León flaquita, el chato Jean Bolther, a Katia, al cuero de Franco Scavia o el dueño de los 250 ternos Rocky Belmonte, que a Javier. En resumen, prefería hacer cualquier cosa antes de verlo. Pobrecito. Según mi diario, besé a Javier un 2 de Marzo. Y lo hice mal. En realidad, lo hice terrible. Recuerod que me tomó de la cintura en el patio de mi casa, nos miramos nerviosos y en esos segundos dije ¡QUE HAGO! Lo primero que llegó a mi cabeza eran las imágenes de películas. Esas que pegan los labios y comienzan a mover la cabeza suavemente de un lado a otro. Eso hice, pero lo hice súper rápido. Era como un perrito con cabeza movible de taxi, peor aún de combi (esos se mueven más). Yo pensé que así era sexy, que así se hacía. No sabía que tenía que sacar la lengua, menos abrir la boca. Poco me faltó levantar una pierna como en las películas en blanco y negro de antaño. Fue el peor beso de mi vida. Qué vergüenza. Fueron los 6 segundos más incómodos de mi puta vida. No quería verlo nunca más. Bueno en realidad no lo veía nunca. A los días vino a mi casa y terminé con él. Se puso a llorar mientras escuchaba lo que le decía. Era un drama hindú y lo peor es que yo ¡ni siquiera lo conocía! A mí la verdad ni me daba pena, pero como había visto que todas mis amigas lloraban al terminar con sus novios, la hice dramática. Me fui a bañar, lloré, me senté en la ducha mientras el agua me caía y en la radio sonaba "Como te va mi amor" de Arena Hash. La canción la odiaba y la verdad, creo que ni lágrimas me salían. Y eso que apretaba los ojos, me agarraba el pelo, lo pasaba por entre mis dedos para aumentar la carga dramática, pero nada. Lo vi algunas veces, pero me miraba con odio (creo). Que será de su vida, era un buen muchacho. Espero le esté yendo bien. Si alguien lo conoce, envíenle un saludo de mi parte. Su nombre es Javier Barrenechea Mujica.
                                                           Como te va mi amor, dime como te vaaaa