¿Por qué a la gente le gustan los payasos? |
Todas las semanas, desde hace
muchos años, recibo un correo tuyo en mi bandeja de entrada. Ya es una suerte
de costumbre, una ley amical que no se ha roto. Una ley
que finalmente, agradezco. No es que todo sea paz y amor entre tú y yo. Ni
tampoco que hablemos de las cosas más interesantes del mundo. No es que siempre
me encuentres de buen humor –aunque he mejorado, no?-. Yo creo que la constancia de nuestra amistad, através de todos estos años te la debo a ti. A tu terquedad, a los sueños compartidos, a nuestros conteos 24-27-30..., a tu aguante y obvio,
a tu ánimo romántico casi hollywoodense que
suelo criticar –y varias veces aplaudirlo en secreto, porque me recuerda a mí-.
Ahí están, mariposas en el estómago. |
Hace unos días recibí un email
tuyo. No era de los felices, era de aquellos otros. Y entre muchas cosas me decías, con fuerza:
“Deseo volver a sentir mariposas otra vez”. Cuando lo leí, mi cabeza y mi
corazón tuvieron que empezar a sincronizarse. Quería darte la mejor respuesta a
tus deseos, a tus pedidos, a todo lo que me decías. No sé si para bien o para
mal, pero atiné a escribirte: “Ten calma, esas cosas llegan”.
Quiero agregar solo dos puntos a
esa respuesta. El primero, dedicarte mi teoría sobre "las mariposas" que escribí a fines del año pasado:
La
Sensación de Mariposas (llamada
también Síndrome de Fiestita Infantil*, Cosquilleo Rostemberg y conocida
antiguamente como Troquelado Imperante Linfático) es un síndrome lleno de sentimientos encontrados que combinan
la felicidad, el estrés, etc. Los efectos constituyen sudoración a veces notoria, localizada en las
axilas (no existe chuño, limón ni bicarbonato que lo controle), espalda, manos y alrededor de la nariz (en todo el cuerpo, dependiendo
del grado). Es acompañado también de dolor de estómago a manera de gases y con ganas
falsas de ir al baño. El síndrome ha sido detectado en niños tímidos, con
escasas relaciones interpersonales y educados en colegios parroquianos (no
mixtos).
*
Término acuñado por RBP y SBP.
Mi LP de Yolita. |
Luego pensé en posibles escenarios, se me ocurrieron las siguientes:
·
Fiestas
infantiles: Básicamente celebradas en El Rancho y animadas por: el Loro
Lorenzo acompañado de su fiel y blonda partner Mirtha Patiño, Yola Polastri o
el recordado payaso Zapatón (llegaba tocando su trompeta, dicen que la misma Susy la usa ahora).
·
El
momento de la piñata: Tenía miedo a esa canción que acompañaba el ritual. Una
que dice Rom que Rom que rompe la piñata, para mí era el preludio de algo
terrible.
·
Saludo a
desconocidos: Odiaba saludar a todos los tíos, tías, abuelos, bisabuelos, tíos
abuelos y familiares desconocidos en las reuniones. Todos te decían: No has
crecido mucho, Qué gordita que estás hijita, eres igualita a tu papá. Ahora me
dicen casi lo mismo y agregan las dos clásicas preguntas: ¿Ya te casaste
mamita? ¿Cuántos hijos tienes?
Un clásico las fiestas en el Rancho. |
·
Otros momentos: entrevistas de trabajo, sustentaciones de tesis,
desnudarte, el primer beso, bailar
un “lento” a los quince, una mirada fortuita, entre otros.
Ya para
terminar vuelvo a repetirte: “todo llega en el tiempo indicado”. Te lo digo de sobra, conocemos bien el camino para hacerlo. Ya lo hemos hecho algunas otra veces. Espero los demás entiendan la sencillez de mis palabras y que lo dicho fue con el máximo amor del mundo. Y
cuando las escribí te visualicé inmensamente feliz, dando brincos –no posibles
en un mundo real, pero si en mi concepción particular de vida- y con rayos
luminosos emanando de ti. En mis deseos, eras un mix entre He-Man, Gigi y la Mujer
Maravilla. Así será. Ya vas a ver.
Genia...
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